
11 Oct MOTIVACIÓN Y GESTIÓN EMOCIONAL: Claves para prevenir el estrés en profesionales del ámbito social.
El viernes 6 de febrero, invitada por Las Alamedillas, pude ser partícipe del interés que genera conocer estrategias para prevenir el estrés laboral. Los factores estresores a los que se ven expuestos los profesionales que trabajan con personas en situación de riesgo social y/o familias desestructuradas son múltiples. Tengamos en cuenta que la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo describe el estrés como uno de los riesgos psicosociales de más incidencia en la actualidad. Mi cometido, en esta ocasión, era trasladar la importancia a los participantes de gestionar adecuadamente las emociones y la necesidad de motivarse diariamente para mejorar la adaptación al entorno laboral, evitando el estrés y cuidando la salud psicológica.
¿CÓMO PUEDE AYUDARNOS LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
La Inteligencia Emocional explica la importancia de ser conscientes de nuestras emociones como base para resolver las dificultades a las que nos enfrentamos diariamente en el trabajo. A continuación hablamos de 5 pasos claves para gestionar emociones negativas:
- Reconoce la emoción y ponle nombre. Necesitamos escucharnos y responder a la pregunta de: ¿cómo se llama la emoción que estoy sintiendo? Darle un nombre concreto nos ayuda a iniciar el proceso de gestión. Difícil es trabajar sobre una sensación abstracta y global.
- Acéptala. En ocasiones, después de reconocer qué es lo que estamos sintiendo nos esforzamos en intentar eliminar o bloquear dicha emoción. Puede ser que nos vetemos el derecho a experimentarla o quizás queremos evitar que los demás la detecten, entre otras posibles razones. Démonos permiso a experimentarla y profundiza en ella.
- Elige una emoción alternativa. Reflexionar y elegir qué emoción positiva nos gustaría sentir frente al problema o frente a la situación que nos ha creado estrés, nos permitirá salir de nuestro malestar actual para adoptar otro enfoque.
- Visualiza como actuarías con tu nueva emoción. Dedicar un tiempo a imaginar, con todo tipo de detalles, cómo sería nuestro comportamiento si modificáramos nuestra emoción sirve de experimentación y propicia el cambio cognitivo. ¿Qué haría diferente, cómo hablaría, qué decisiones tomaría?
- Pasa a la acción. Sin acción no hay evolución. Hemos elegido la emoción e imaginado el cambio que provocaría en nosotros. En el último paso actuamos según la visualización que hemos diseñado, sintiendo diferente y gestionando el malestar para alcanzar el cambio real.
Con el entrenamiento práctico de las 5 claves se desarrolla la capacidad para redirigir las emociones y evitar que sean ellas las que nos controlen.
EMOTIVARSE = EMOCIÓN + AUTOMOTIVACIÓN.
La capacidad del ser humano para superar dificultades, traumas y superarse a sí mismo es ilimitada. Un elemento esencial para conseguirlo es la capacidad de automotivación personal. Cuando se trabaja en la intervención social no sólo la motivación puede ayudarnos a superar trances y evitar el estrés, sino que es esencial reconocer el valor de la labor que se realiza. Es decir, emocionarse por la transcendencia e importancia de cada intervención. Mis recomendaciones para emotivarse son:
- Enamórate de tu trabajo y dale el valor que merece.
- Se creativo, innova.
- Conecta con tus valores personales y trabaja desde la autenticidad.
- Elige la actitud con la que quieres afrontar cada día de trabajo.
- Plantéate METAS.
La planificación de metas y objetivos a corto, medio y largo plazo nos permite proyectarnos hacia el futuro. En Coaching se llama centrar la energía en el foco. De alguna manera, los pequeños retos funcionan como un patrón de conducta, la auto guía que da sentido a nuestro quehacer diario que tiene como misión la realización de un objetivo más importante.
Responsabilizarnos de nuestras emociones y motivarnos diariamente para la consecución de metas realistas, son las claves del equilibrio psicológico ante la vorágine de demandas externas.
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